domingo, 2 de noviembre de 2008

La Tremo

La Tremolina es una señorita así, larguirucha, que escribe sobre tetas y sobre la droga y sobre lo que se le pasa por la cabeza.


A hostias

Esta tarde me ha contado la tele que un chino se ha cargado a una china y al individuo que ésta portaba en el útero, erigiéndola así en Víctima Número 53 de la Violencia Machista.

Está la cosa pa pocas bromas. Yo no sé si es que antes no se nos cargaban tanto, o es que simplemente lo del cachete / tortazo era normal y esperable (para el aprendizaje sobre comportamientos del ser humano español del último siglo, recomiendo Usos amorosos de la posguerra española, de Carmen Martín Gaite). El caso es que ahora, tanta bajada de azúcar, tanto no si se llevaban muy bien así que no sabemos que le habrá pasado a este hombre, tantos 15 minutos de fama a base de cargarse a la parienta... al final una se acojona.

Miro por el rabillo del ojo al que me acompaña. Se rasca la barriga mientras intenta pasar de la tercera página de Fundamentos del Marketing. No: un hombre que baja la tapa del water por propia iniciativa no puede ser malo. Además, para cargarse a alguien hace falta una cierta hiperactividad y nada más lejos de la realidad de mi hombre, que saca brillo diariamente a su certificado dudeísta.

Pero el caso es que parece ser que no todas tienen esa suerte. Y no hace falta ser pobre ni tonto ni feo ni ignorante: me sulivella hasta la glotis el que piensa que cuando una aguanta un guantazo es porque quiere. No, my friend: cuando una aguanta un guantazo es porque no se da ni cuenta, es porque el proceso de desgaste previo ha sido tan exhaustivo que del guantazo ya ni se percata. Es porque ya está acostumbrada a que haya excusa para todo, y hace ya mucho que esa persona dejó de ser esa persona.

Lo bueno es que es este un campo en el que el país demuestra una gran solidaridad para con los pueblos del mundo. Aquí fallecen españolas, rumanas, chinas, brasileñas, colombianas y etcéteras, sin discriminación por razones de sexo, raza o religión.

Aquí, el relato en su versión original. ¡No dejes de visitarla!

1 comentario:

  1. Qué bien. Qué excelente campaña publicitaria. ¡Sí, no dejen de visitarla! ¡Sobre todo si son ustedes pudientes, casaderos y con una esperanza de vida inferior a tres meses!

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